Un juez autoriza a un preso a tener un vis a vis con su perro antes de que sea sacrificado

Un recluso de la cárcel de Martutene, en Guipúzcoa, podrá reunirse por última vez en un vis a vis con su perro antes de que la mascota sea sacrificada por su mal estado de salud. Así lo ha decidido el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 del País Vasco, algo bastante atípico, ya que normalmente estas peticiones son denegadas, y que ha llegado a abrir un debate entre 

El preso hizo una petición formal el pasado mes de junio y, tras varias reuniones del juez con el psicólogo de la cárcel, se dio luz verde al encuentro, pero con condiciones. El can tendrá que acudir a la visita acompañado de un familiar del preso al que también se le haya concedido la petición del vis a vis. Además, se tendrá que presentar una verificación veterinaria para demostrar que el animal está enfermo y que será sacrificado. La última condición es que, en el caso de que el perro ensucie las instalaciones, será el propio recluso el que se encargue de limpiarlas. 

La decisión ha abierto un debate entre los funcionarios de prisiones. Según informó en su momento Confilegal, son muchos los que están en contra de estas prácticas. Rafael Paniza, el portavoz de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), dijo en el medio que la situación de las cárceles ya es complicada como "para tener que estar pendientes de perros que quieren que entren desde el exterior".

No es la primera vez que se produce un vis a vis peculiar. Hace unas semanas, una jueza de Pamplona permitió a una reclusa tener un Satisfayer, por "no suponer ningún peligro al estar fabricado de goma". Aunque se impusieron algunas condiciones, como que fuera de uso individual y que se utilizara en la intimidad.